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No resulta extraña a nadie la existencia de una Monarquía en España, si nos referimos a personas que residan en el territorio español. Esta situación de conocimiento se da por la aparición y mantenimiento de monarquías desde el siglo XV hasta la actualidad. Cabe mencionar que han existido tres periodos donde se ha interrumpido esta situación: la Primera República, la Segunda República y una parte del Régimen Franquista.

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Juan Carlos I y su heredero Felipe VI, durante un desfile militar. Fuente: https://www.vozpopuli.com/espana/Rey_Felipe_VI-Don_Juan_Carlos_I_de_Espana-Ley_de_la_Corona-Letizia_Ortiz-Felipe_VI-Juan_Carlos-Monarquia_0_779022091.html

 

A lo largo de los años, la monarquía ha desempeñado papeles muy diferentes en el ámbito político, desde momentos en los que ostentó un poder absoluto hasta ser una mera figura política sin imperio. Pero, ¿sabemos realmente el papel que juega actualmente el Rey, la figura más representativa de la Corona Española?

Para poder abordar el tema principal de este artículo, tenemos que irnos directamente a la norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico, la Constitución Española de 1978. El artículo 56 de dicho texto legal nos define al Rey como el Jefe del Estado. Si nos ceñimos al plano literal, emplear la palabra “jefe” nos lleva al pensamiento de que esa persona es el mandatario, el que tiene poder sobre los demás, pero esto no sucede así. Las funciones y competencias que tiene atribuidas no son infinitas ni tiene libre albedrío de actuación, estas están recogidas en la Constitución Española. A su vez, ahondando más en el mencionado artículo, no podemos olvidarnos de la irresponsabilidad tanto política como jurídica del Rey, lo que quiere decir que el rey no puede ser ni procesado ni detenido.

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Felipe VI y familia real en un acto oficial. Referencia: http://cadenaser.com/ser/2014/07/28/espana/1406505022_850215.html

Antes de continuar, tenemos que hacer una especial referencia a la figura del refrendo, el cual no se puede confundir con referéndum. El refrendo es una técnica empleada en las monarquías parlamentarias donde existe la figura del Rey, al cual se le han asignado diferentes funciones, pero que realmente no tiene poder por sí solo para poder realizarlas. Dependiendo del tipo de acto, se necesitará el refrendo por parte del Presidente del Gobierno o por los Ministros competentes. Esta figura cobra especial relevancia en el ámbito de la responsabilidad del Rey, ya que al estar sus actos controlados por refrendo, la responsabilidad que pudiera ocasionar estos queda relegada a los órganos que lo han refrendado. Existe dos tipos de actos donde no será necesario ningún refrendo: la designación del jefe de la casa real y la distribución del presupuesto de la Casa Real. Para terminar la figura del refrendo habría que hacer mención de los diferentes tipos que existen: contrafirma, junto con la firma del Rey aparece la del otorgante del refrendo; refrendo tácito, un ejemplo sería la compañía en los viajes del rey de algún ministro o del Presidente del Gobierno; y el refrendo presunto, donde mientras no exista dimisión, el Gobierno asume la responsabilidad de los actos del Rey.

En cuanto a las funciones que tienen una relación directa con el Gobierno, debemos hacer una pequeña división para facilitar su compresión. En un primer lugar, hablar sobre la designación y el cese del Gobierno, comprendida por la proposición y nombramiento del candidato a Presidente del Gobierno; de poner fin a las funciones del Presidente del Gobierno; y el nombramiento y separación de los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente. Dato curioso a comentar en esta función es que el Rey no tiene libertad de designación del Presidente, es decir, aunque en sentido literal entendamos que tiene margen de decisión, este siempre propondrá al Congreso de los Diputados una persona que esté respaldada por estos. En segundo lugar, encuadramos funciones con una menor relevancia, como son ser informado de los asuntos del Estado; expedir los decretos acordados en Consejo de Ministros,

nombramientos de empleos civiles, militares y otorgamiento de honores y distinciones; el mando supremo de las Fuerzas Armadas; acreditar a los embajadores y otros representantes diplomáticos; y otras funciones, como son el convocar Referéndum acerca de “decisiones políticas de especial trascendencia”.

Diferente a la anterior, nos encontramos con las funciones que hacen referencia directa con las Cortes Generales. Al Rey le corresponde la sanción y promulgación de las leyes, lo cual no quiere decir que este tenga el poder para poder decidir sobre estas, simplemente es un acto formal obligatorio exigido por la Constitución; en otras palabras, el Rey tendrá que firmar toda ley que se le presente. También le corresponde convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución; manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados; y declarar la guerra y hacer la paz. No debemos olvidar en ningún momento que todas estas actuaciones necesitan ser refrendadas, por ejemplo, el Rey no podrá declarar la guerra a otro país sin el consentimiento previo de las Cortes Generales.

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Felipe VI junto a su hija, la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón. Fuente: https://mundo.sputniknews.com/espana/201801301075858836-espana-familia-real-collar/

Para finalizar, podemos hacer mención de algunos datos curiosos que pueden resultar de interés. Los discursos que pronuncia el Rey también están controlados por el Gobierno, algunos serán escritos por la persona del rey y otros por organismos del Gobierno, pero siempre se necesitará la aprobación previa. Cuando el Rey abandone el cargo, ¿podrá ser enjuiciado como un ciudadano español? La respuesta sería sí, pero este tendría la condición especial de aforado, lo que quiere decir que irá directamente al Tribunal Supremo, obviando proceso judicial ordinario.

Se podría profundizar mucho más en las diferentes funciones del Rey en nuestra Monarquía Parlamentaria, especificando en cada punto los márgenes de actuación concretos y enumerando dentro de cada división la multiplicidad de posibles acciones.
La Monarquía en nuestro sistema actual juega un papel más bien simbólico, que se le ha otorgado en su mayor parte por la tradición histórica de nuestro país.

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