Jhon Boy (Tenerife, 1994), ilustrador de catástrofes analiza el mundo con la mirada crítica de un antropólogo, y lo traslada a su obra con las herramientas adquiridas en su paso por las Bellas Artes.
Le inspira la soledad, el miedo, el amor y la belleza enmarcadas en situaciones cargadas de crueldad con una referencia constante a la actualidad. Lejos de ser un artista absorto en su mundo y con un pensamiento artístico desarrollado desde el egocéntrico hermetismo, su obra es el resultado de establecer constantemente puentes con la realidad contemporánea.
Traza su discurso con las líneas y el blanco, el dramático uso del color es sólo una cruel llamada de atención sobre el espectador. Integra la violencia cotidiana y el lenguaje pop con la simbiosis entre personajes y contenido.
Si ante las ilustraciones de Jhon Boy te sientes incómodo o perturbado, no te preocupes, ha conseguido lo que buscaba.
Sin título, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
¿Jorge Gallardo es Jhon Boy?
Yo creo que es algo que he intentado diferenciar con el tiempo. Antes firmaba como Jorge Gallardo y hace relativamente poco tiempo abandoné mi nombre real para ser Jhon Boy. Esto no es personal sino más bien una cuestión comercial. Necesitaba algo mucho más accesible y por lo que se me reconociera más fácilmente y que me sirviera para ‘separar’ mi trabajo del resto de cosas que hago.
¿Cómo relacionas tu bagaje como antropólogo con tus estudios en Bellas Artes?
Una va con la otra. Siento que haber estudiado antropología me ha hecho conocedor de las metodologías de las ciencias sociales. Saberlas me ha servido para poder desarrollar mi pensamiento crítico. Es una carrera que me obligaba a leer mucho, a investigar y a cuestionar constantemente cualquier cosa. Tanto que llegué a cuestionar a la propia ciencia en sí, yo mismo la considero fundamentalmente marxista. Es cierto que autores no marxistas como David Ricardo o Georg Simmel están bastante presentes y aportan un enfoque diferente, pero prácticamente los primeros antropólogos no se esforzaron mucho a la hora de hacer una readaptación de los escritos e ideales de los principales autores marxistas.
Por otro lado Bellas Artes me ha aportado técnica y capacidad de desarrollo de mi propia idea. Mi principal problema cuando empecé a ilustrar es que tenía demasiadas cosas en la cabeza y no tenía la capacidad para poder sacarlas. El hecho de estudiar algo que se complementa al cien por cien a lo que te quieres dedicar le aporta valor a tu obra. No creo que para dedicarte al arte o al mundo de la ilustración necesites explícitamente hacer Bellas Artes… Pero el hecho de hacerlo hará que tengas una predisposición o que puedas destacar un poco más con respecto a alguien que no lo tiene. También te abriría muchas puertas a nivel social, el hecho de contar con profesores que están metidos en el mundo del arte te sirve de guía y te ayuda muchísimo a la hora de elaborar una red de contactos (algo indispensable y vital).
Las personas son como las casas, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
Con tu firma has querido diferenciar tu obra comercial de tu obra personal, ¿es necesario?
Vivimos en un mundo globalizado y capitalista. Tenemos una sociedad de consumo que alimentar y cada vez el ritmo cambia según las reglas del mercado. Hoy en día existe un consumo de imagen: nos identificamos con ella y la glorificamos. Esta visión es la que debes tener si quieres hacer una obra comercial: intégrate en el mercado. ¿Quieres hacer tu obra personal? Entonces huye de eso y haz lo que te de la gana.
Yo la verdad siento que la virtud está en el punto medio. Si haces algo demasiado personal la gente no lo valorará porque será demasiado excéntrico, sin embargo si haces algo comercial ya no sería ‘obra’ sino producto. Las consecuencias de esto son muy variadas… Cuando pretendes vivir de tu obra personal tienes que intentar metérsela a todo el mundo y conocer a quien debas conocer… pero si lo consigues y tienes suerte te harás una Yoko Ono de la vida y podrás hacer literalmente lo que quieras que todo el mundo te va a pagar lo que sea. Sin embargo si decides vivir de tu obra comercial deberás trabajar mucho y adaptarte al mercado.
Grosso modo así lo veo, todo son pros y contras. Aunque para mi ni tanto, ni tan poco.
Desamor, problemas de confianza y autoconvencimiento, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
¿Como artista plástico cuál es tu relación con el color?
Últimamente estoy abriéndome un poco y juego con colores, pero sin pasarse eh, que yo soy blanco. Me siento cómodo trabajando así… Quizá cuando necesite un cambio lo haré sin más y meteré mil colores y formas, ¡quién sabe!
Te defines principalmente como ilustrador ¿cuál es la situación actual de la disciplina?
Me parece que en estos últimos años se ha vivido un boom y eso es bastante bueno; las redes sociales han hecho propiciar esta situación. Hoy en día puedes encontrar a un montón de ilustradores con muchas técnicas diferentes con tan solo mirar Instagram. Esto es un arma de doble filo, el hecho de que hayan muchos ilustradores significa que cada vez es más complicado destacar y hacerse un hueco. La impresión que tengo con el transcurso del tiempo es que esto es como un acuario lleno de peces, desde el momento en el que haya muchos nos empezaremos a comer los unos a los otros. Y bueno, a lo mejor tengo una visión un poco pesimista, de igual manera pienso que depende del ambiente en el que te muevas… Si quieres ‘entrar’ en un determinado ‘grupo’ o que se te relacione con un grupo de gente probablemente te cueste horrores, por suerte hay muchísimos caminos y lo que está claro es que te puedes ganar un hueco tú solo siguiendo tu instinto.
Tengo la bombilla fundida desde hace tiempo, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
También tengo que destacar que el mundo de la ilustración está repleto de mujeres: las figuras más importantes de la ilustración y el arte en España son mujeres y las que mueven el cotarro ahora mismo son ellas.
En tu obra hay una continua referencia a los Medios de Comunicación ¿por qué?
Los medios de comunicación se están poniendo las pilas y están arrasando en las redes. Ya prácticamente los periódicos no venden en formato físico sino digital y a veces un titular llamativo y una buena campaña viral en redes te da más que la venta de cualquier tirada. Esto hace que hoy en día sean más sugestionables que nunca. Últimamente he visto artículos con titulares loquísimos, llenos de amarillismo, que consiguen que la gente los comparta en sus redes. No sé de qué fuente fiarme muchas veces y donde poder contrastar, prácticamente todos dicen lo mismo y los artículos están llenos de keywords… Parece que lo escribiese un publicista antes que un periodista. Algo parecido lo vemos en revistas como PlayGround o Vice que lejos de informar lo que buscan es hacer mierda y que la gente comparta.
Hay que tener mucho cuidado por lo que vemos hoy en día en las redes, la mayoría de las cosas son mentira o están manipuladas.
Relaciones tóxicas, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
Tu compañera Elisa Pinto nos habló de las redes sociales como herramientas que posibilitan la integración de influencias artísticas muy diversas sin la necesidad de entrar en contacto directo con ellas, ¿qué opinas tú?
Es la herramienta de control social del Siglo XXI. Lo peor es que la gente lo sabe y lo vive,
muchas personas tienen un autoestima en base a sus interacciones y likes en redes. Ahora mismo si tienes una red social bonita y tienes seguidores en Instagram eres guay y marcas tendencia, entonces todos te miran; no sé, da asco y es triste al mismo tiempo. Hace poco vi que buscaban a una modelo con más de ochenta mil seguidores para una campaña publicitaria. Te hace vivir en un mundo de apariencias y eso afecta muchísimo al arte por ejemplo… Ves a artistas que trabajan en estudios flipantes, posteando constantemente lo que venden, intentando perfeccionar a saco sus historias y sacándose fotos con celebridades y luego te enteras de que no vive de lo que vende, que el estudio es la buhardilla de la casa de sus padres y que tiene lo que tiene por ser ‘hijo de’. Hay que cuidarse de esas cosas y no caer en el humo. Yo siempre digo que «quien parte el bacalao siempre va callao».
En mi caso intento no parecer postureta, aunque muchas veces sí lo haga… Pero es algo que me estoy obligando a dejar para ofrecer buen contenido y ser alguien real, no una pantomima.
Otra cosa que me resulta muy graciosa es esa gente que no hace mas que quejarse de que las redes sociales funcionan fatal, que pierde visitas, que nadie da like ni comenta… Pues oye chico, ¿qué quieres? Tal vez el problema esté en que lo que subes ya no gusta.
Egocentrismo social, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
¿Crees que el arte tiene alguna responsabilidad con la sociedad actual?
Yo creo que es mas bien al revés, ¿no? Es decir, para mí el arte es un instrumento que utiliza el ser humano para expresar algo, es una representación de la voluntad del mismo. Es por tanto que para mí, por ejemplo, algo que no pretende ser arte no puede serlo, las cosas hay que llamarlas como son: todo arte tiene una justificación, una metodología y un riguroso proceso de creación que lo justifica. Luego habría que distinguir el buen arte y el mal arte… Es que tenemos en nuestra percepción que el arte es como algo glorioso, cuando nos hablan de arte ya nos imaginamos a Picasso o a Goya y no. En la actualidad hay buenos y malos cantantes, buenos y malos escritores… ¿Por qué no pensar lo mismo de los artistas? Sabemos que una canción es mala cuando no hay trabajo detrás, cuando tiene una calidad pésima o cuando la voz o las letras del cantante no nos transmiten nada. Con el arte pasa exactamente lo mismo, pero pienso/siento que la mayoría de las personas no se preocupan por fomentar esa sensibilidad.
Entonces a la pregunta «¿Tiene el arte algún tipo de responsabilidad con la sociedad?» yo respondería: ¿Tiene la música/escritura/lo que sea algún tipo de responsabilidad con la sociedad? Creo que no, ninguna, para mí son cosas que se retroalimentan de manera indirecta, pero siento que no se pueden comparar.
Vuelta a lo vernáculo, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
¿Qué inspira a un ilustrador de catástrofes?
Mi fuente de inspiración siguen siendo los libros y las historias de la gente que me rodea, mi vida en sí. Me gusta leer todo lo relacionado con la política, la filosofía o la antropología… de hecho cada mes o mes y medio me leo un libro, ahora estoy con «Liquid Love» de Bauman, es un autor del que llevo tiempo escuchando hablar y estoy descubriendo. Me leí con anterioridad «Tiempos Líquidos».
También, obviamente, intento extrapolar todos estos temas y mezclarlos con mi arte. Esa es mi metodología de trabajo.
¿Tu futuro?
La verdad que no me paro a pensar en mi futuro, tengo una idea de como quiero vivir cuando sea adulto, pero lo que sí que tengo claro es como quiero vivir el presente. Yo creo que planearlo todo es un poco malo: ¿Quién sabe a dónde iré? ¿Y si resulta que me canso de dibujar? ¿Y qué pasaría si de repente encuentro algo que me guste más? Pues este tipo de preguntas hacen que te pares en vez de seguir avanzando. Hay que dejar que las cosas fluyan y que salgan solas.
Si te obcecas demasiado en conseguir algo puede que la vida te juegue una mala pasada,
acabes frustrado y te des contra la pared constantemente. El día que quedé contigo, Raquel, lo estuvimos hablando y es que nunca pasa nada, pase lo que pase, realmente no pasa nada. La vida es neutra, nosotros la interpretamos y le damos valor a las cosas.
Por ahora tengo otros proyectos abiertos relacionados con la animación y el SEO. Bueno
realmente tengo más, pero son cosas que prefiero callarme, que suelo ser muy bocazas.
Ahogarse en tu propio vaso de agua, 2018.
(https://www.jhonboy.com/)
Buenísima entrevista