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La alcaldía del Ayuntamiento de Santa Cruz regresó a Coalición Canaria tras la moción de censura ejecutada por el partido nacionalista, el PP y la tránsfuga de Ciudadanos Evelyn Alonso. Fotos: noticias8islas y tiempodecanarias.com

Las elecciones municipales del 2019 en España dejaron un mapa político en Tenerife poco sorprendente. Al sorpasso nacional que supuso el retorno a la primera posición electoral del PSOE le siguió un triunfo en las municipales. Sin embargo, este triunfo es algo ya habitual en la Isla: también en 2015 el PSOE fue el partido más votado por la ciudadanía tinerfeña. Estos números se vieron reforzados durante el 2019, consiguiendo incluso desalojar a Coalición Canaria del ayuntamiento de Santa Cruz tras casi 40 años de alcaldía nacionalista, así como del Cabildo insular. En el año y medio posterior a estos comicios, el panorama municipal ha experimentado cambios, como la vuelta de la formación nacionalista a la alcaldía de la capital tras una moción de censura, los ceses de concejales por deslealtad en el municipio de Arona, la renuncia de la alcaldesa de San Juan de La Rambla por estar condenada por prevaricación o la pérdida del ayuntamiento de Güimar por la rotura del pacto de gobierno municipal. Los datos de los municipios y las elecciones del 2019 son los temas que atañen a este pequeño análisis. 

Durante las elecciones del 2019, los concejales de la Isla se distribuyeron principalmente entre los tres grandes partidos que han tenido mayor importancia en la historia reciente de Tenerife: PSOE, Coalición Canaria y Partido Popular. Junto con estos grandes partidos, otros como Unidas Podemos y Ciudadanos han tenido también su peso, aunque menor. Mayor ha sido el éxito de los grupos políticos de ámbito municipal y el partido regional Sí se puede.

En la Isla capitalina, el PSOE ostenta la alcaldía de 14 de los 31 ayuntamientos de la Isla: La Laguna, Tegueste, La Victoria, La Matanza, El Puerto de La Cruz, San Juan de la Rambla, El Tanque, Guía de Isora, Adeje, Arona, Vilaflor, Fasnia, Güimar y Candelaria. Podrían ser 15, pero la moción de censura orquestada por Coalición Canaria en el ayuntamiento de Santa Cruz(y con la colaboración del PP y la tránsfuga de Ciudadanos Evelyn Alonso) arrebató el control de la capital a los socialistas. Coalición Canaria cuenta con 9 alcaldías en la Isla: Santa Cruz, El Sauzal, La Orotava, Icod, Garachico, Los Silos, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona y Arafo. El PP, lejos de su importancia nacional, ostenta la alcaldía en solo 3 municipios: Icod, La Guancha y Los Realejos. Perdió en 2019 la alcaldía de Güimar a manos del PSOE cuando la anterior alcaldesa popular rompió su compromiso con el partido nacionalista alegando deslealtad en el grupo de gobierno de la institución.

Otra realidad vivieron los partidos Unidas Podemos o Ciudadanos, los cuales no consiguieron durante las elecciones del 2019 ninguna alcaldía. Sin embargo, pequeñas agrupaciones de ámbito municipal como Primero Arico, Asociación Independiente Santa Úrsula e Iniciativa por El Rosario – Verdes consiguieron su misión de lograr gobiernos municipales independientes de los grandes partidos. Otros grupos de ámbito regional como Nueva Canarias o Sí se puede también consiguieron una alcaldía cada uno, siendo el alcalde de Tacoronte, José Daniel Díaz Armas, el primero de Nueva Canarias en la historia de la Isla. Buenavista es el ayuntamiento dirigido por el partido ecosocialista. 

Las elecciones municipales en Tenerife dan como claro ganador al Partido Socialista Obrero Español por ser el que más concejales municipales y más alcaldías han logrado. Se debe valorar el gran peso que tienen los tres principales partidos de la Isla en los procesos electorales. En el 2019, el 81% de los concejales tinerfeños recayeron en los tres grupos, así como 26 de las 31 alcaldías, el 83% del total. En el 2015 ya se dieron unas cifras casi idénticas en las concejalías, con 432 de las 525(Garachico tenía entonces dos concejales más) del color de los tres grandes grupos. Las alcaldías fueron entonces, aún más si cabe, para estos, contando con 12 el PSOE, 11 CC y 6 el PP, siendo las últimas dos para Iniciativa por El Rosario – Verdes y Agrupación Independiente de Arafo. Por lo tanto, el ascenso del PSOE en estas elecciones con un ayuntamiento más coincide con la pérdida de dos alcaldías por parte de los nacionalistas y los populares.

Por otra parte, la consecución de más concejales no implicó directamente la alcaldía. Algunos significaron la simplificación de pactos en los gobiernos municipales, y otros no tuvieron peso en la formación de estos. El PSOE no solo consiguió 184 concejales, sino que de ellos se encuentran en los gobiernos municipales 128 de ellos, lo que supone un 69,5%. Coalición Canaria consiguió en este aspecto colocar a 82 de sus 156 elegidos, un 52,5%. El PP, por su parte, rozó el 49% con sus 41 de 86 concejales en los gobiernos municipales. Partidos como Unidas Podemos y Nueva Canarias llegaron al 42,8% y 44,4% respectivamente, y, por otro lado, se produjo el batacazo de rentabilidad de las concejalías de Ciudadanos: apenas 1 de sus 18 elegidos ocupa un cargo de gobierno municipal en Tenerife, que supone un paupérrimo 5,5%. Sorprende la rentabilidad de partidos como Sí se puede y los municipales, que alcanzan el 66’67 y el 65,12 por ciento. Se puede sacar una lectura clara de estos últimos resultados viendo la interacción de dichos grupos en los pactos: muchas veces funcionan como elemento bisagra ante situaciones de mayorías insuficientes por parte de los principales partidos, que siempre tratan de evitar pactar entre sí. 

La realidad de la política municipal en la Isla permite establecer muchas conclusiones. La falta de resultados del partido Vox, que no ha conseguido ni una sola concejalía, habla de una población tinerfeña encontrada con su discurso. También la situación de Ciudadanos implica una preocupante falta de apoyos para el partido, incapaz de colocar más de un concejal en un pacto municipal y pese a ser el cuarto partido en concejales obtenidos. Los grandes partidos dominan un panorama electoral en el que los votantes viven con la acuciante realidad de pertenecer a una comunidad que ha mantenido sus niveles de paro por encima de la media nacional en, al menos, los último diez años.

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