Síguenos

La ciudad ha sido el proyecto más ambicioso de la sociedad desde los orígenes de la humanidad. Su configuración e imagen han ido desarrollándose y avanzando al tiempo que las herramientas políticas e ideológicas de control se iban sofisticando.

De este modo, la ciudad medieval y moderna se organizaba jerárquicamente en torno a los dos órganos de poder: Iglesia y monarquía. La ciudad revolucionaria e industrial fue reestructurada por el Estado de modo que las clases sociales, burguesía y clase obrera, tuvieran sus espacios urbanos definidos. Empoderados unos, hacinados los otros. Napoleón combatió las barricadas con grandes bulevares y reconvirtió los espacios para la Revolución en frívolos salones para los divertimentos burgueses.

Las ciudades han continuado creciendo y adaptándose a las nuevas sociedades que las han habitado, y en la actual hegemonía del Capital los instrumentos de control son las nuevas tecnologías: Nueva York, Dubai, Qatar o Corea del Sur se empiezan a acercar mucho a la idea colectiva que tenemos de la Ciudad del Futuro.

qatarVista de Qatar
(http://biztonsagpolitika.hu/)

El imaginario común de la Ciudad del Futuro ha sido modelado por la Ciencia Ficción cinematográfica y nos permite compartir unos criterios y valores similares a la hora de concebirla. Esta ciudad debe ser inteligente, autosuficiente y programada para anticiparse a cualquier necesidad colectiva o individual. La Ciudad del Futuro aspira a ser la Ciudad Ideal donde todo es posible gracias a las innovaciones tecnológicas, que podrán superar cualquier barrera natural o física.

Estéticamente nuestra imagen responde a la vista tantísimas veces en la gran pantalla: sofisticada, infinita, metálica, luminosa y artificial. Es la imagen de una ciudad desmesurada que genera una intensa excitación para los sentidos: el Jardín de las Delicias contemporáneo.

Coruscant_03db43b4Ciudad de Coruscant, Star Wars
(http://starwars.com)

Desde Metrópolis (Fritz Lang, 1927) hasta las actuales Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017), Valerian y la ciudad de los mil planetas (Luc Besson, 2017) o Star Wars han perpetuado esa imagen que todos reconocemos. La ciudad se convierte desde los orígenes literarios de la Ciencia Ficción en un escenario co-protagonista de la narración. Encierra valores y preocupaciones sociales, vitales y filosóficas, a menudo materializa físicamente la deshumanización de la propia sociedad alienada por el Capital. Pero también se vuelcan, en este personaje de inteligencia programada, todo tipo de elucubraciones científicas y tecnológicas.

b2dc5e1f22c08d1349a5c06b071397fa

TRON: Legacy (2010)
(http://es.tron.wikia.com/)

Una ciudad del futuro se presta a fantasear con todo tipo de posibilidades, paisajes urbanos de autopistas flotantes, naves, rascacielos inagotables…  y es que, como dijo Oscar Wilde: “el hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá en lo improbable». Margaret Cavendish (1663-1693), Julio Verne (1828-1905), H.G. Wells (1866-1946), Yevgueni Zamiatin (1884-1937), Alexei Tolstoi (1883-1945), Aldous Huxley (1894-1963) o Isaac Asimov (1920-1992) se han encargado de plagar la literatura universal de justificaciones científicas que nos permiten hoy creer en una Ciudad del Futuro.

paul-chadeisson-blade-runner-pchadeisson-30-03-v2-nukeBlade Runner 2049 (2017)
(https://paooo.deviantart.com/)

Pero es importante reseñar que desde el Renacimiento, hubo otros genios que se atrevieron a ir más allá que crear Ciudades Utópicas con su pluma y llegaron a proyectarlas: Leonardo Da Vinci y su ingeniería visionaria, Piranesi y sus Cárceles imaginarias, Étienne-Louis Boullée y su Cenotafio a Newton, y por supuesto, ya en el siglo XX, Sant’Elia y su Città Nuova.

Sant’Elia, arquitecto italiano del movimiento futurista, presentó en 1914 en la Exposición de Arquitectos Lombardos, los primeros dibujos de la Città Nuova – a posteriori Città Futurista – donde proponía una visión de la nueva ciudad plagada de rascacielos sobre un sistema de transportes a varios niveles.

Iglesias para la Città Nuova (1914)
(https://es.wikipedia.org/)

La arquitectura futurista se fundamentaba en el rechazo de todos los estilos tradicionales, en la destrucción del ambiente ya existente y en exaltar la nueva era de la tecnología. Pretendía hacer de la Ciudad una apología de los nuevos materiales para una época que reclamaba una renovación, que ansiaba el dinamismo tanto en la forma de sus edificios como en su funcionalidad: ascensores, grandes puentes contactando espacios que se sostienen en el aire, etc.

Archivo:Casa Sant'Elia.jpgFábrica para la Città Nuova (1914)
(https://es.wikipedia.org/)

La Città Nuova fue una propuesta de arquitectura casi imaginaria que deslumbrara por su brillantez pero que se apagaba en su posibilidad de llevarla a cabo. La monumentalidad que sobrepasaba lo funcional y se vinculaba directamente con la atractiva idea futurista la Ciudad como máquina.  Sant’Elia diseñó plantas eléctricas, ferrocarriles o iglesias que proponían al público visiones de una Ciudad Futura que jamás se llevó a cabo en la realidad, pero que el cine pocos años después se atrevió a materializar en Metrópolis (1927).

cvc_14_MetrópolisMetrópolis (1927)
(https://lineassobrearte.com/)

De este modo los diseños de Sant’Elia se han convertido en la fuente original del imaginario cinematográfico para las Ciudades de Ciencia Ficción.

Siempre me ha gustado pensar que aquellos locos visionarios no fueron simples profetas, sino que, quizá, fueron viajeros del tiempo que, provenientes del futuro lejano, les divirtió enredar con la ilusión de las generaciones pasadas. O quizá sucede que el futuro de la humanidad es tan maleable y caprichoso, que basta con el golpe de pluma de un soñador para que quede escrito su destino – Felix J. Palma, Última puesta de sol en Tuna (Prólogo de Aelita, ed. Nevsky).

 

 

 

Deja un comentario.

Tu dirección de correo electrónico no será visible. Los campos obligatorios están marcados con *